miércoles, 2 de diciembre de 2009

La formación de Recursos Humanos en ciencia, tecnología, discurso de la Ministra Simon en México



La formación de Recursos Humanos en ciencia, tecnología e innovación  en América Latina y Caribe: ¿Están nuestras universidades capacitadas para generar investigadores con visiones interdisciplinarias, innovadoras y creativas adecuadas para resolver las problemáticas del siglo XXI?
Dra. María Simón, Ministra de Educación y Cultura de Uruguay
Jueves 12 de marzo de 2009
Ciudad de México


Buenas Tardes. Seguimos con este tema que es de bastante difícil enfoque porque incluye en su propio título varios aspectos que tenemos que ir recorriendo para plantearnos el tema un poco correctamente.
Se pregunta sobre la capacidad de formar investigadores con visiones interdisciplinarias, innovadoras y creativas, me preguntaría incluso sobre la capacidad de formar profesionales con esas visiones; y no sólo me pregunto, viéndolo en perspectiva país, por las universidades, sino también por las escuelas técnicas, porque en un país con una producción que aspira a ser buena, a ser importante, se necesitan formaciones de variados niveles y se necesitan personas con diversidad de formaciones. No quiere decir que unas sean superiores a otras pero con distintas especializaciones y todas capaces de trabajar en equipo.
Entonces me lo planteo desde ese punto de vista, y me planteo que queremos alcanzar esta perspectiva creadora, innovadora yo diría en las sociedades, no sólo en los investigadores, en los profesionales, en los técnicos, en las sociedades para encarar  problemas del siglo XXI y, ¿cuáles son los problemas del siglo XXI? Hemos hablado, muchas veces hacemos una lista que ya está en cierto modo fijada en nuestras mentes, energía, agua, medio ambiente; pero yo diría, yendo un poco para atrás que hubo una época en la que se creyó que el solo conocimiento iba a ser la felicidad de la humanidad; esa es la idea de la ilustración. Diderot decía: “tenemos que apurarnos a popularizar la filosofía”, porque partía de la base de que una sociedad con más conocimiento iba a ser más automáticamente feliz. Lamentablemente con eso no bastó y tenemos muchos ejemplos de regímenes totalitarios de genocidios cometidos por grupos que incluyen entre sus filas a gente muy culta.  El conocimiento solo no se liga necesariamente a la sociedad.
Es curioso lo tarde que llega a la humanidad la idea de que la pobreza  es evitable; es aproximadamente a principios del siglo IXX con Adam Smith que escribe sobre la pobreza, porque hasta ese momento, (y siglo IXX  está  muy cerca nuestro) se entendía que la pobreza era un mal inevitable, que tenía que haber pobres, que tendrían su recompensa en el otro mundo, y que se les debía caridad pero no justicia.
Nuestro gran desafío es abolir la pobreza, y no es fácil, en un mundo con una gran población, con recursos limitados, que pueden ser poluídos  o estropeados. Ese es en esencia el núcleo sobre el cual han seguido varios pensadores, después de este enfoque económico sobre el cual quería yo empezar.
Entonces necesitamos conocimiento para un desarrollo que lleve en definitiva al bienestar, a la felicidad de las personas, a partir de la productividad. Vemos entonces el puente necesario entre conocimiento y productividad, conocimiento e integración social, y conocimiento también para la comprensión del mundo, de la persona y de la sociedad.
No somos tan ingenuos como para valorar sólo el conocimiento que tiene aplicación inmediata, que sirve al día de mañana para producir un cambio en la productividad, estamos integrando otras dimensiones como la sociedad, es decir la integración social, pero también el conocimiento que parece por sí mismo y que en definitiva es importante, y  nunca debe ser descartado. En primer lugar porque nunca se sabe qué es lo que va a ser aplicable, podríamos dar muchos ejemplos de temas que parecían puramente teóricos; voy a dar un solo ejemplo, que viene del área de las matemáticas: la teoría de los números primos y de la factorización  parecía un tema muy bonito y muy interesante, pero totalmente teórico; con los avances de la computación eso constituye la base de los sistemas de criptografía más avanzados en los que reposa la seguridad de datos que ya no podríamos manejar de otra manera.
Ese es un primer motivo, porque nunca se sabe dónde va a surgir la aplicación, pero en segundo lugar porque todos creemos que cuanto más entendamos el mundo en que vivimos podemos ser más felices o por lo menos, menos desdichados; me imagino como la más profundas de las desdichas  la del que sufre y no sabe por qué y no sabe dónde está, la del que vive en la extrema pobreza y ve pasar los jets por encima de su cabeza y no sabe ni siquiera qué son.
El conocimiento hace al mundo más humano, y el conocimiento en esto no se diferencia tanto del arte o de la cultura en general, es tal vez lo más humano del fenómeno humano y por lo tanto no debe ser dejado de lado. Esto  siendo dicho, los estados sí tienen responsabilidad de orientar el conocimiento hacia problemas que son relevantes, orientar quiere decir sobre todo por la vía del estímulo, de las becas de iniciación, de ninguna manera desdeñando la producción de calidad porque además obviamente si nos acercáramos a solucionar un problema de la realidad sin calidad académica, no vamos a solucionar nada, y crearíamos incluso falsas expectativas que desprestigian el sistema académico.
Nuestros sistemas de investigación, de creación de conocimiento, sí tienen patologías que ya han sido dichas muchas veces, sólo las recapitulo:
La primera, es que están en cierto modo cortados; se hace ciencia básica, pero después esos conocimientos son puestos en prototipos, en pre industrialización en industrialización, en un largo camino por otros y a veces llegan a ser patentados por otros y a veces no los podemos comprar; eso hace que pierdan los países, naturalmente, pero hace también que pierdan las ciencias básicas; porque de la aplicación, de la confrontación con la realidad, de la producción a gran escala, surgen casi siempre nuevas preguntas, muy interesantes, para las ciencias básicas, incluyendo las sociales y humanas. Por eso es que tenemos que pugnar por tener sistemas completos, así como un ecosistema o un organismo vivo está completo cuando están todas sus partes, si a un sistema de creación de conocimiento se le corta alguna parte, que se corta es la integración entre la producción de conocimiento y su aplicación, entonces resulta que ninguna de las dos vive bien, ninguna de las dos alcanza su pleno desarrollo.
Otra patología que yo detecto en nuestras universidades, (la digo como amiga, yo soy universitaria), es que muchas veces sufren una falta de pujanza una falta de personas, de investigadores, justamente en aquellas áreas que son más requeridas por el medio. Eso es natural, los profesionales son contratados todos, encuentran una ubicación laboral y no siguen la carrera de investigación. Entonces podemos llevar al absurdo de tener universidades al revés,  especialmente ricas y productivas en aquello que el medio no requiere. Contra esto tenemos que generar mecanismos de colaboración que no sean destructivos para alguna de las partes, ninguna debe perder; mecanismos de colaboración que permitan por ejemplo, a un profesor universitario ir a la industria o ir a la administración pública, (como lo estoy yo en este momento) y llevar colaboradores y formarlos y poder volver, generar caminos de ida y vuelta, que no planteen situaciones disyuntivas.
Se dijo ya, y lo reafirmo, que es una falsa oposición la que se hace entre ciencia básica y tecnologías, que ambas tienen que colaborar, y ahora entro directamente al tema.
La multidisciplinariedad no es fácil, requiere un trabajo largo, pero es necesaria, porque los problemas de la realidad son en general multidisciplinarios. Yo diría (y también como amiga)  que nuestras universidades por ahora no educan fundamentalmente en la multidisciplinariedad ni en la creatividad, porque se pone el acento toda vía en esa formación por disciplinas, en esa tradición napoleónica, y de esa manera difícilmente se va a llegar a lo que queremos. A mí me recuerda  un poco las orquestas; en las orquestas del mundo siempre hay tremendos problemas entre los músicos, y creo que uno de los motivos es que todos se han educado para solistas, y les cuesta mucho no serlo.
Hay que educar desde el principio en trabajar juntos, y esto no es sencillo, sin descuidar la educación técnica, que nombré al principio, que es incluso más difícil, porque es más barato enseñar desde la teoría que desde la práctica y se requiere muy buenos docentes. Podría nombrar en nuestro país algunas experiencias a favor, por ejemplo la creación de la carrera de Ingeniería de Alimentos que no crea una nueva facultad, sino plantea una nueva colaboración entre facultades que existen y que dio y da mucho trabajo. Posgrados de ingreso variado, es decir, que no hay que hacer cierta carrera para ingresar tal posgrado, por ejemplo Posgrado en Gestión Marítima y Costera, o posgrados en gestión de las tecnologías,  en los que justamente el interés es que acceda gente de distintas procedencias.
Se planteó en El Uruguay en los años 70 muy adelantadamente, por parte del Rector Oscar Maggiolo un plan que hubiera dado vuelta a la universidad, que era organizarla por institutos. Tener por ejemplo un instituto de matemáticas, un instituto de física, un instituto de mecánica y componer con docentes de esos institutos las distintas carreras. Esa idea opino que sigue en pie y es en cierto modo de lo que estamos hablando cuando hablamos de institutos incluso  interregionales, pero no es inmediato ponerla en práctica.
En nuestro país la universidad pública, que es muy mayoritaria, tiene aproximadamente 85%, más de la matrícula, está en cierto modo más cerca, porque las universidades privadas que también hacen buena tarea, pero se dirigen mucho más a la formación en carreras, a la formación más escolar y por lo tanto están más lejos de este planteamiento.
Ahora, ¿qué  propuestas se pueden hacer?
Por un lado, sin dejar de lado naturalmente la educación por disciplinas, hay que plantearse la educación por proyectos, es decir plantear un proyecto en lo posible de enunciación bien fácil aunque sea el problema muy difícil, como poner un hombre en la luna ó ahora en mi facultad de ingeniería se está trabajando con grupos de estudiantes bastante jóvenes en hacer globos sonda que recogen datos atmosféricos y los transmiten. Entonces alrededor del problema se aprenden matemáticas, física, teoría y comunicaciones y se trabaja en grupos de múltiples formaciones e incluso de múltiples edades y conocimientos. Pienso que la educación por problemas tiene que ser mucho más estimulada.
Otras medidas a favor  hacen a los planes, por ejemplo la posibilidad de tomar asignaturas de otras facultades, la posibilidad de cruzarse, cosa que es facilitada por un sistema de créditos, que no es mágico en si mismo pero es una manera de reconocer los conocimientos, en Uruguay estamos empezando a tener fondos sectoriales para la investigación. Es natural que el que contribuye a un fondo sectorial pida investigación en ese sector y que se atraiga a los  investigadores que se necesiten y que se combinen las especializaciones para abordar el problema.
No se puede olvidar, para terminar, que en este tema, influye también naturalmente el medio, es decir para qué estamos formando estos investigadores o estos profesionales, creativos, emprendedores, ¿Van a poder después ser creativos o emprendedores?
Estamos en un continente en el que todavía la industria es débil y sin embargo es absolutamente necesaria. La carne de vaca, la carne de res, uno de los principales productos de mi país, ya no es un producto primario, lo parece pero no es, tiene mucha tecnología detrás para venderse a buen precio, trazabilidad, informática; entonces sí necesitamos que las industrias se hagan más sofisticadas, y que se liguen a la investigación.
Hay que dar los estímulos correctos (hay estímulos que pueden ser perversos) hay que generar mentalidad emprendedora, pero hay que tener también un campo fértil para que esas semillas caigan; y esto sugiere ya el nombre de incubadoras o de almácigo. Que puede ser en un lugar pero puede ser también por proceso de incubadoras que no requiera que los emprendimientos se ubiquen en un cierto lugar físico, pero que haya un apoyo decidido al nacimiento y al crecimiento; y un apoyo decidido también en aquello que los investigadores o los profesionales de la ingeniería más ignoramos que es el tema de la gestión, la impositiva, la de personal cuya carencia puede llevar a la ruina muy buenas ideas.
Entonces pienso que el tema es relevante, en educación superior y la técnica, que hace al empleo y a la productividad de los países, al enfoque de los temas de la realidad y también a la calidad de la ciencia que hacemos y que como dijeron, para bailar, se precisan dos; en este caso también se precisa de transformación en las universidades sin duda que están atrasadas en esto, están fuera de la realidad, pero también un medio fértil, un medio receptivo, para que estas nuevas formaciones prosperen.
Gracias.


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